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jueves, 13 de enero de 2011

Día zen

¡Hola a todos otra vez!
Aquí en Japón, los enchufes son diferentes que en España, la toma de corriente es de 110V, y para enchufar nuestros aparatillos eléctricos usamos un adaptador de clavija que nos dejó Darío (él siempre tan preparado, ¡gracias!). Esto viene a que ayer noche teníamos el móvil y la cámara de fotos sin batería; así que dejé primero cargando la cámara y pensé que cuando me levantara para ir al baño ya enchufaría el móvil y pondría el despertador.... Pero resulta que he dormido del tirón (raro en mí), así que hemos amanecido a las 10 de la mañana.... eso sí super descansados.


El segundo día de visita a Kyoto ha empezado como se merece, con un buen desayuno para coger fuerzas. Al salir de casa hemos comprobado que el frío seguía ahí, qué pesado. Por cierto, esta es la zona donde está el apartamento (y no es debajo del puente).
















La visita ha empezado con templo Kinkakuji, famoso por ser todo dorado, y por los preciosos jardines que tiene.

















Como todo templo que se valga, tiene su zona de merchandising, con la venta de amuletos, de recuerdos, y máquinas de bebida, omnipresentes on todas partes de Kyoto. Pero esta nos ha llamado la atención, porque normalmente en el escaparate se ven latas, pero en este caso eran bebidas más elaboradas, que venían con su vasito y sus cubitos de hielo.






















Al salir del templo, y de camino a otro templo, ya era hora de comer, así que hemos entrado en un buffet. Podíamos elegir entre noddles y arroz con varias salsas y caldos, carnes rebozadas, tempuras, tofu, y otras cosas raras que no nos hemos atrevido a probar, pero, como siempre, estaba todo riquísimo. Ojo, que hay que servirse las cosas con palillos, todo un arte. Y yo se de alguien (Juan) a quien se le ha escapado algún trocillo de pollo cuando se estaba sirviendo; pero no os preocupéis, porque cuando lo hemos ido a recoger, hemos visto que no somos los únicos que no acabamos de dominar el tema de los palillos.

Un paseillo después de la comilona ha ayudado a bajar un poco el tripón lleno, y así hemos llegado al siguiente templo a ver, Ryonanji, famoso por el jardín zen de su sala principal. Y la verdad es que los jardines de alrededor del templo prometían, y hasta nos han gustado los zapatos ninja de los jardineros,
















Pero resulta que el jardín zen 'Rock garden' es una cosa tan simple como esta. Quince piedras puestas en una disposición super especial (llena de significado), y una arenilla de piedras peinada con rastrillo.







El caso es que nuestra guía de Japón decía que cada uno le tenía que encontrar su significado al jardín, y yo me he puesto a pensar..... que mi gata se lo pasaría en grande con este espacio de arena tan grande para ella solita.



Al salir de Ryoanji, hemos visto que si nos dábamos prisa, llegábamos a ver el castillo de Nijo (también en Kyoto), así que hemos cogido un bus para ir hasta allí más rapidito. Los japoneses se duermen en seguidita en los transportes públicos, supongo que será porque se pasa del frío polar de la calle al gustito de la calefacción que hay dentro del bus y el metro. Yo, como me adapto rápido a los sitios, he aprovechado el viaje para hacer una siestecilla.
















Al castillo de Nijo hemos sido de los últimos del día en entrar, y como ya se querían ir todos a su casa, nos han acompañado los de seguridad hasta dentro del edificio para asegurarse de que no nos quedábamos haciendo el bobo por las afueras. El edificio principal del castillo estaba dividido en grandes salas con paredes con pinturas muy bonitas y tatamis cobriendo el suelo (800 tatamis en total, se ve que el tatami es una medida de área estandard). En principio, no se podía hacer fotos a nada allí dentro, pero... ¡exclusiva, exclusiva! juan es ninja y ha conseguido llevarse alguna imagen.













Las afueras del castillo, jardines también muy bonitos.

















Para acabar el día hemos pasado por la calle comercial que está al lado de casa, donde hemos descubierto una tienda de todo a 1 euro (100 yenes) japonesa, muy ordenadita a pesar de tener tantas cosas.













Y Juan ha fotografiado un stop y un ceda para enseñaros qué facil es entenderlo todo por aquí.





















Ha sido un día relajadito, con su dormilona, sus templos y meditaciones en los jardines zen y el paseillo antes de volver a casita. Como véis, lo estamos disfruntando.
Y a vosotros.... ¡ánimo, que mañana ya es viernes!

¡Bona nit a tothom!